lunes, 14 de junio de 2010

Collar de flores de seda y las cosas de la vida

Buenas noches,
Por fin he encontrado algo de tiempo en medio de esta locura de cajas aliñada con un pelín de nostalgia que es cambiar una casa por otra.
Dejo un poco de mi juventud en mi vieja casa. Dejo muchísimos buenos momentos y algún que otro disgusto. Mi padre, que quería que viviera en un palacio y me casara con un príncipe, se enfadó mucho conmigo cuando la compré. Era muy pequeña y no estaba en la zona más lujosa del barrio. Él siempre ha esperado para mí algo más y yo siempre he sido muy consciente de estar defraudando sus expectativas, siempre corriendo al límite de mis fuerzas, tratando de alcanzar no se qué meta. Hasta que un día me cansé de intentar contentar a todo el mundo menos a mi misma y decidí empezar a tomar mis propias decisiones, aunque no le gustaran a nadie, ni a mi padre. Mi padre, con el que mantener una conversación era como pegarse cabezazos contra la pared, pero a la vez, esa persona cuya opinión tanto me importaba. Y decidí que siempre lo querría muchísimo, pero que su opinión dejaría de importarme tanto. Y fue entonces cuando me enteré de que hablaba maravillas de mí cuando yo no estaba presente. ¡Cómo es la vida! ¿Verdad?

Con el tiempo lo he amortiguado, pero no puedo evitar que me importen las cosas. Las grandes y las pequeñas. Esas a las que nadie da importancia, pero que son todo un mundo que marca la diferencia.
Os voy a contar una historia: trata sobre Walt Whitman, el poeta y su obra Hojas de hierba. Resulta que se llama así porque Walt un día observó de cerca la restauración de un edificio barroco y se dio cuenta sorprendido de que, mezcladas con los materiales de los que se componían las paredes de la casa había pequeñas hojas de hierba. Estas hojitas pasaban desapercibidas a las miradas pero eran esenciales. Ellas eran las que hacían que las paredes se sostuvieran y contribuían a dar unidad al conjunto. Yo, por suerte o por desgracia, veo las hojas. Y el efecto con las cosas negativas es similar a haberte pasado por la piel un papel de lija, pero con las cosas positivas es como si tuvieras un prisma en la mano y las devolvieras amplificadas y en mil colores. Pues suelo alegrarme de lo que a la mayoría de la gente le parece corriente y no es raro que me pregunten "¿pero por qué lloras?" No lo puedo evitar, soy un Kurt Cobain de pacotilla, porque, aunque a veces me deprime profundamente esta mierda de vida, luego quiero pedir prórroga cuando cumpla los 100 años.
Bueno, si no os habéis dormido con esta parrafada y no tengo que recurrir al electroshock para recuperaros, os enseño por fin cómo ha quedado el collar babero con las flores que encontré y algunas más que he arañado de los retales que me sobraron del primer bolso de seda que os enseñé en el blog. Las piedras que hacen las veces de pistilo son como un despropósito sin orden ni concierto, un poco como mi blog, pero ahí está la virtud de trabajar con cosas que uno encuentra...

Por cierto, si ampliáis la foto, tenéis un primer plano de mi cicatriz en el cuello...¡SÓLO PUEDE QUEDAR UNO!...ja, ja...

8 comentarios:

  1. hola holaaa!!pero no te diste cuenta de que te habia dejado un premio en mi blog?no hace falta que lo publiques pero es para ti!!Me ha encantado esto que escribiste.. Hasta que un día me cansé de intentar contentar a todo el mundo menos a mi misma y decidí empezar a tomar mis propias decisiones, aunque no le gustaran a nadie, supongo que hay veces que me siento identificada con lo que has escrito.
    Y el collar..me parece una pasada!!!!un besazo guapa!!!y ánimooo!!

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  2. jooooooo!!que estuve viendo el bolso que tenias en tu primera entrada, es una maravilla!!!y no los vendes?me encanta!!!!un besazooo!!

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  3. ¡Dios mío! Soy un despiste con patas...Leí el comentario y la primera premiada y obvié a las dos segundas...¡jolín! No me lo tengas en cuenta, ¿eh? Prometo recoger el testigo esta misma tarde...
    BESOS

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  4. La vida da muchas sorpresas, desde luego. Me gusta mucho el collar.

    xoxo
    B* a la Moda

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  5. Este collar es estupendísimo! Mucha suerte con tu nueva etapa, a veces da vértigo el cambio pero los cambios que uno elige siempre son para bien.

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  6. hola de nuevo!!pues mira, estaría encantada de tomarme un café contigo, charlar y que me enseñes todas esas manualidades que me han dejado maravillada.
    Y donde compras esas boquillas metálicas para hacer un bolso?yo creo que aquí no las venden.
    Sigo pensando que eres una artista!
    un besinn

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  7. ¿Pero cómo nos vamos a dormir leyéndote?
    A mí me encantan tus "parrafadas", me gusta que nos cuentes pequeñas anécdotas de tu vida, o historias curiosas como la de Walt Whitman... la verdad es que no tenía ni idea, y mira que tengo su libro!
    Y lo de contentar a los demás a mí también me pasa muchas veces, aunque casi siempre es algo que hago inconscientemente... a lo mejor yo pienso que paso del mundo y no me importa su opinión pero en el fondo sí que me importa y me afecta. pero, como en todo, soy bastante contradictoria... así que a veces quiero contentar a los demás y otras veces en ese sentido soy bastante egoista y voy a lo mío. Qué rara soy jajaja
    Pero también coincido mucho en lo de fijarme en las pequeñas cosas, tanto buenas como malas... qué le voy a hacer, soy muy sensible y pienso demasiado. Me encantó tu frase de "la mente es una trampa mental para la gente que la usa demasiado". No podría haberlo dicho mejor... a veces creo que por pensar tanto somos más infelices que otros, pero también es cierto que los buenos momentos los vivimos con más intensidad, no?

    1 beso grande!

    P.D. El collar te quedó genial!

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  8. De parrafadas nada que dices verdades como puños, a mi me encanta leerte. Yo tambien cuadno compré mi casa (un minipiso) todo el mundo y sobre todo mis padres me decían que no lo hiciera, pero ya ves yo toda encabezonada la compré, ellos siempre quieren lo mejor para nosotros que le vamos a hacer...jejeje.
    El collar es precioso, me encanta!
    Besitos
    ;))

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