miércoles, 30 de junio de 2010

Ellos siempre van un paso por delante

¡Hola!
Esta semana estoy de viaje de trabajo por Madrid y parece que mi ordenador, con sus problemas de conectividad se ha sumado a la huelga de Metro que ha colapsado la ciudad estos días. Asi que, dado que no puedo leeros ni escribir demasiado, voy a contaros dos historias (verídicas) que tratan sobre como, por más que nos esforcemos, los niños siempre nos dan mil vueltas.
La sesión doble tiene drama y comedia así que empezamos por el drama, para terminar el día con una sonrisa:
En la primera, una familia lleva a su perro, muy viejito y enfermo al veterinario para que le ponga la inyección y deje de sufrir. Puesto que el hijo de dicha familia, un niño de siete años, está muy apegado al animal, los padres deciden celebrar una especie de funeral en el que se le rinda homenaje y, de paso, tratar de explicar al chaval el concepto de la muerte. De modo que le dicen que todos querían mucho a Toby y Toby los quería mucho a ellos, especialmente a él. Y que, no obstante, aunque sólo tenía 16 años, eso equivale a un auténtico anciano para los humanos. Y el niño dice "claro, sus años valen más, porque ha entendido más rápido que lo importante de verdad es querernos todos".
En la segunda, (el prota es mi primo), un padre que va a ingresar en el hospital y se va a ausentar de casa por una operación menor, le dice a su hijo de cuatro años que no va a poder estar estos días, porque como tiene pupa, el médico tiene que quitársela. Y el niño, mirándolo con gesto reprobatorio le dice: "papá, ¿pupa? ¡tienes 37 años!".
QUE TENGÁIS FELIZ SEMANA. Os leo a todas el sábado.

1 comentario:

  1. Qué buenas las dos anécdotas!!

    Tienes razón, los niños tienen una lógica aplastante, y unos sentimientos...
    Lástima que eso se pierda con los años...

    Besicos!!

    ResponderEliminar